Hace un tiempo, no sé cómo llegó a mis manos una carta que supuestamente Brad Pitt habría escrito tras la complicada situación por la que atravesaba su mujer. En la misiva expresaba lo apagada que él la veía, la poca motivación hacia la vida y su trabajo y cómo de a poco ella se iba marchitando. Pues bien, luego de un gran trabajo de conquista, compañerismo y comprensión, su bella mujer volvió a ser quien era, con más brillo, pasión y amor que antes.
Independiente la carta fuera verdadera o no, la frase que más sin sentido me causó fue: “La mujer es la reflexión de su hombre. Si la amas hasta el punto de la locura, ella se vuelve locura”. Debo ser sincera y pensé un par de días si verdaderamente mi eterna locura se debía a mi situación emocional o mis estados sentimentales, bendita sea la vida, ¡me di cuenta que no!
Mi locura se traduce en una belleza absoluta y ¿por qué?. Porque me siento bella cuando la vida me mira, me sonríe y hace que me sienta plena. Soy la mujer más completa y perfecta del planeta sólo cuando me reflejo en la mirada de quienes amo, pero no es porque el resto haga que mi vida sea feliz, soy yo que me siento el centro del planeta, me siento una mujer completa.
A ratos siento que puedo ser todo lo que yo quiera, un alma libre, un espíritu salvaje y seguramente esto lo puedo lograr complementando mi felicidad con otra persona, pero no permitiendo mi florecimiento sólo por el hecho de sentirme amada por otro.
Me siento bella porque por fin he logrado muchas cosas, como aceptar mi cuerpo, mi carácter y mi historia; me siento bella porque veo mi reflejo en el espejo y sonrío sólo con mi mirada, me siento bella porque me lo merezco, porque es mi momento, ¡porque soy perfecta!
“La mujer es la reflexión de su hombre. Si la amas hasta el punto de la locura, ella se vuelve locura”
Sean una eterna locura por ustedes solas mis adoradas incorrectas, porque si somos flor, todos se deslumbrarán con nuestra locura y proyectaremos amor a aquel que nos acompañe o a quien nos mire, ¡o al planeta entero!
