Leoncito se fue…

El pequeño León Smith, que esperaba un trasplante de corazón, ayer dio por finalizada su batalla y partió… Se fue en medio de una lucha incansable que sus padres y familia dieron, peleando en contra de nuestro sistema enfermo, peleando en contra del miedo social a dejar una parte de un ser querido dándole vida a alguien más, peleando en contra de los intereses nacionales, que suelen darle más tribuna a la nueva polola de un futbolista en vez de apoyar a aquellos miles que están peleando por seguir con vida… León entre ellos.

Yo sé lo que se siente dar esa pelea, ya que mi familia la está dando desde hace años. Mi sobrina se llama Monserrat y nació con una cardiopatía congénita que la ha tenido en la cuerda floja toda su vida. Hoy a sus 7 años de edad ella lleva más de 10 meses siendo prioridad para un trasplante de corazón en Chile y conectada a un corazón artificial.

En nuestro mundo el tiempo no avanza, solo se descuenta. Estamos con la eterna angustia de saber si este será el día en que ocurra el milagro o en que las cosas empeoren, siempre temiendo en qué lugar va a detenerse la rueda de la fortuna que engloba los miles de factores que influyen en la vida de una persona que espera un trasplante.

La rueda de León ayer se detuvo en su muerte cerebral y su viaje hacia las estrellas…

Su pérdida es una que nos hace perder a todos, porque cada niño que se va, es irremediablemente un trozo de alma menos para el mundo… Aquellas que podrían renovarlo, las que podrían significar una nueva historia, un nuevo descubrimiento y toda una vida de posibilidades que ahora ya no veremos. No es justo… Esto no debería haber pasado.

Mi sobrina Monserrat convivió con él gran parte de los meses que ambos llevaban esperando un corazón. Ellos se sonreían desde un lado de la UCI al otro, compartiendo esos momentos increíbles en que los niños enfermos transforman sus hospitalizaciones en aventuras que comparten con otros pequeños que muchas veces se llevan su aventura al cielo, al igual que Leon.

Y pensar que su historia pudo ser diferente. Que en vez de haber tenido que pelear en contra del sistema médico, sus padres pudieron recibir el apoyo en la enfermedad para el que supuestamente esos sistemas existen. En vez de tener que golpear puertas cerradas pudieron haberlas abierto de par en par para generar un cambio. En vez de rogar por un acto generoso en medio del dolor, algunos pudieron haber decidido dejar vivir una parte de un ser querido que partió y darle vida a este hermoso pequeño…

Pero esas cosas no pasan fácilmente, porque al igual que tantos otros seres humanos que conviven con la enfermedad, su historia estuvo rodeada por la terrible lucha para sobrevivir día a día, la de los médicos para darle tiempo, la de sus padres para darle fuerza y procurarle los medios para resistir, y la de todos nosotros que intentamos alzar la voz en un mar de ruido para que socialmente se entienda el valor de dejar una parte nuestra con vida en alguien que la necesita si es que partimos de este mundo.

Incluso León, que luchó por sobrevivir hasta el último momento, no se fue sin antes dejarle vida a otros… ¿Existe acaso una definición más exacta de Ángel?

Besos al cielo y las estrellas hermoso León. Cuida a tus padres y hermana, cuida a quienes te aman, cuida a aquellos que recibieron un trocito de ti para seguir viviendo y cuida a mi sobrina Monserrat. Que tu partida signifique un cambio en la sociedad y te quedes con nosotros para siempre.