¿Cuántas veces te has detenido a pensar “qué hubiera pasado si…”? Mientras observas tu vida y piensas en aquellos sueños que sientes que nunca pudiste lograr. El presente en el que te encuentras es el resultado de la suma de decisiones que has ido tomando paulatinamente durante tu vida anterior… Pero ¿sabías que en un año más vas a desear haber comenzado el cambio hoy?
Puede que muchas veces sientas que el tiempo se te pasó y que a estas alturas de la vida realizar cambios significativos es más complicado, en especial porque ya tienes otras responsabilidades y deberes que hace algunos años ni siquiera te imaginabas. El sistema te obliga a entrar en sus redes y si quieres sobrevivir como una adulta productiva y aceptada socialmente debes regirte por sus reglas… La vida es mucho más vertiginosa cuando mamá y papá ya no son tu refugio y repentinamente debes valerte por ti misma.
Súmale a esto el hecho de que el mundo está lleno de jóvenes triunfadores que suelen ser motivo de admiración y usados infinitamente como ejemplo para aquellos que piensan que mientras más joven triunfes en la vida más ganadora serás el resto de ella. Que gran equivocación.
Lamentablemente este tipo de ejemplos sólo ejerce el efecto contrario en personas de algunos años más, que sienten que ya no encajan en el target de “las nuevas promesas” o que la aventura de la vida está reservada para aquellos que aún no saben lo que es tener que pagar cuentas mensuales, una hipoteca o un interminable crédito universitario que te esclaviza las siguientes dos décadas después de haber terminado tu carrera.
Es hora de que te levantes una mañana, veas el sol asomarse por el horizonte y te des cuenta de que con cada día vienen infinitas posibilidades para modificar tu historia, y que aunque ya hayas pasado el margen de edad para ser considerada una joven talento o aquel tiempo en el que las aventuras podían comenzarse de la noche a la mañana, aún puedes añadir capítulos increíblemente emocionantes y nuevos a tu historia. Porque tu libro no se acaba después de “cierta edad” sino que sólo le añades más aprendizaje y sabiduría a la vida, los cuales son ingredientes necesarios para volver a atreverte a comenzar, a intentarlo otra vez o a emprender una vez más con la ayuda de ya saber muchas cosas que en tu más temprana juventud ni siquiera considerabas.
¿No has pensado acaso muchas veces lo diferente que hubieras hecho las cosas de haber sabido lo que sabes ahora? Bueno, es tiempo de que a esa frase le añadas la certeza de “Ahora lo haré diferente” o “Ahora puedo volver a intentarlo sin cometer el mismo error”, sin ningún pero que te detenga.
No vamos a negar que los años pesan, pero que no te pesen en el sentido de quedarte encasillada a lo que crees que la sociedad espera de ti en esta etapa de tu vida. La única que puede decidir cuál será el capítulo siguiente eres tú… Vive tu vida como si fuera un libro que quisieras releer miles de veces y legar a tus generaciones futuras. No te quedes como un personaje secundario relegado a un papel sin importancia si eres tú quien protagoniza tu propia vida. Tal como dice el título de esta columna, el mundo es demasiado grande como para ser conformistas… y aunque hayas encontrado lo que quieres en la vida, el amor de quien te complementa, el trabajo que necesitabas para sentirte realizada, aún así tienes la capacidad de cerrar los ojos todas las noches para soñar y despertar en las mañanas para hacer realidad esos sueños. Así que nunca te detengas querida amiga, sigue aprovechando la vida y el hermoso regalo que es tener tiempo para hacer lo que mañana podría ser otro excelente recuerdo y otra aventura más que agregarle a la maravillosa aventura de tu historia personal.