Mi querido red social

Hace algunos días en un blog por ahí leí a una chica dedicando una carta muy profunda y sincera a aquel que en algún momento complementará su vida y que aún no conoce; pues bien, he decidido desarrollar un ejercicio muy parecido pero con un destinatario ya conocido por mí, a quien denominaré mi estimado señor red social.

Mi querido red social:

Sin tantos formulismos y preámbulos me dirigiré a ti sólo con un propósito, el que en un futuro no muy lejano comiences a darme señales de misterio, de dudas y que en algún momento des pie a que mi imaginación descubra cosas, independiente de que si el fin último de esta declaración sea el conocernos o no.

De una manera muy convencional, para estos tiempos, llegué a ti vía twitter. Me reía a carcajadas con tus ironías, analizaba tus puntos de vista con respecto al acontecer nacional y un par de veces debatimos algún tema contingente en el momento. De igual manera muchas veces, lo debo destacar, te encontré tan treintón adolescente que llegué a pensar que en verdad tenías algún problemita semanal con la neurona del sentido “estar cuerdo”. Sin embargo y a poco andar, llegó un punto en el que sin siquiera haber visto tu cara ya sabía todo de ti, porque lamentable o positivamente eres un adicto a la web!

Me dediqué esta última semana sólo a analizar cada uno de tus movimientos virtuales, comprobé efectivamente que eres un adicto a tu smartphone, pues te chequeas hasta en el baño, eres alcalde de casi la mitad del país! Pues sí, tu adicción es desmedida. Sé dónde vives (dirección y coordenadas incluidas), donde comes, donde trabajas, a quién visitas y que lugares frecuentas a diario.

Gracias al bendito instagram conozco a todos y cada uno de los integrantes de tu familia, sus casas, sus perros, sus sillones y sus cocinas, en fin, ¡todo! Tienes la tecnología tan adquirida a tu vida que creo más de una vez has dejado de tener una conversación interesante por estar con el maldito teclado. Agradezco sí, de alguna manera, que algunos seres sigamos utilizando facebook como un medio más privado y personal, aunque tengas el tuyo a vista y paciencia de todo el mundo.

¿A qué quiero llegar con todo esto?, pues a que guardes un poco de privacidad, déjanos descubrir que tal vez sí eres una persona interesante de conocer, más allá de lo que te comenten o cuantos “me gustas” tengas.

Puedo analizar que tienes una vida tranquila, un fracaso matrimonial, un par de hijos y un trabajo exitoso, que eres de una de las mejores cosechas masculinas por estos días (1978) y que además el encanto del conquistador te queda muy bien, para qué decir lo guapo que eres y como me provocan tus primeras canas.

Sin embargo, y pese a todo lo maravilloso que me muestra la web de ti… ¡¡¡me agotas!!! Disfruta un poco de la vida querido sin tu bendito celular, ríe tranquilo y nunca lo olvides; no todo es comentable, cuestionable y mucho menos publicable, pues soy una chica tranquila y buena para analizar, pero si te encuentras con una “chica-psico”, te aseguro que hasta el numero de teléfono que tienes publicado no dejaría de sonar.

Todos mis respetos para usted mi querido red social, porque a pesar de que me encantes en ese universo virtual, tengo cero ganas de conocerte en este mundo mío menos banal.