La injusta separación de las Coreas como un doloroso legado de la Guerra Fría

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En el año 1945 el emperador Japonés Hiro Hito anuncia la rendición absoluta de Japón tras las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki. Los coreanos volvían a retomar la esperanza, momentos gloriosos los esperaban junto a la restauración de una independencia anhelada tras tanto sufrimiento. Sin embargo, esta paz duró un instante, pues un nuevo y oscuro capítulo de la historia de Corea estaba a punto de comenzar.

El fin de la ocupación forzada japonesa no dio inicio a la recuperación de la soberanía coreana, todo lo contrario, el país quedó en medio de la Guerra fría. Se transformó una vez más en la moneda de cambio de externos y tuvo que sufrir las consecuencias de un conflicto político qué determinaría qué potencia extranjera tomaría nuevamente el control de la península. Por un lado, la URSS quería dominar de manera incondicional a Corea, en el otro extremo, Estados unidos no podía permitir que el comunismo se esparciera en Asia. Así de manera un tanto desvergonzada e ignorando la opinión coreana, Estados unidos propone a la URSS dividir a Corea en dos: Norte y Sur. El Norte quedó bajo la ocupación de la URSS y el sur comandado por los estadounidenses.

Estados Unidos podría haber sido una especie de salvador para algunos coreanos, pero con el tiempo se demostró que no existía un interés real alguno por el pueblo coreano, pues mantuvo la estructura colonial japonesa como un legado, conservaron a los oficiales japoneses en sus cargos incluso a algunos los nombraron consejeros del gobierno. Esto trajo consigo un descontento colectivo y malestar público totalmente entendible. Con el tiempo las revueltas sociales tomaron lugar ¿cómo era posible que un pueblo siendo liberado, aún tuviera que pasar por los tormentos de tener que ser controlada por un externo? “¿Por qué “tenemos” que soportar la arrogancia japonesa aún tras el fin de la ocupación forzosa? “posiblemente este tipo de pensamiento fue el que atravesó la mente de las personas en aquel entonces.

El país cayó en ira y caos, los grupos pro-comunistas y anticomunistas se exacerbaron y con esto, la serie de purgas para eliminar a los opositores (tanto en el Norte como en el Sur) no dieron tregua. En Agosto de 1948 fueron las primeras elecciones presidenciales y se oficializa la separación de La República de Corea del sur y La República popular de Corea del Norte. Estados unidos y la URSS se despojan de responsabilidad y dan un paso al costado dejando las cosas tal cual.

Y entonces ¿finalmente llegó un periodo de luz? La respuesta es no. En 1950 Corea del norte decide invadir a Corea del sur y da inicio a una hostilidad política que ha perdurado hasta el día de hoy. La Guerra de Corea aparece para llevarse miles de vidas de inocentes y civiles sin responsabilidad alguna, en las que Estados Unidos vuelve a tener parte: niños huérfanos, mujeres viudas, refugiados y un sentido de culpa sistemática por “nacer en el lado de la frontera equivocado”.

Años después, Corea del Sur sigue siendo el último producto de la Guerra Fría y el país sigue dividido. En el norte, el régimen totalitarista sigue prevaleciendo y sus amenazas y ambiciones nucleares siguen creando peligrosas tensiones militares en Asia Oriental.

¿Fue Corea realmente liberado en aquel entonces, o Estados Unidos se infiltró como un estado imperialista?